Un país vecino cuya capital merece la pena visitar.
A primera vista Lisboa es una capital en decadencia, pues el cuidado de las fachadas de los edificios está pidiendo una mano de pintura a gritos, pero una vez que te adentras en las zonas más céntricas es realmente bello, aunque pasear por las zonas no turísticas también tiene su encanto.
Lisboa está influenciada por el Tajo o "Tejo" en portugués, pues marca los límites de la ciudad por el sur y le da un aspecto portuario.
Para cruzar a la otra orilla existen dos majestuosos puentes, "Puente 25 de Abril" y "Vasco de Gama".
Merece la pena cruzar "El 25 de Abril" aunque sólo sea para admirar las maravillosas vistas de Lisboa y del estuario del Tajo. Junto a él está el "Cristo Rey". Es recomendable subir a su mirador.
De vuelta al centro lo mejor es que te olvides del coche y utilices el transporte público compuesto por autobuses, tranvías y 4 líneas de metro.
Para irnos de compras debemos dirigirnos al barrio de "A Baixa", allí encontraremos las mejores tiendas. Aquí también está el "Elevador de Santa Justa" que nos llevará al "Barrio Alto".
Otro sitio que no puedes dejar de visitar el "Barrio de Alfama" donde encontrarás el "Castillo de San Jorge".
La "Plaza del Comercio" centro neurálgico de la ciudad, es donde salen los buses turísticos y también los tranvías con dirección a "Belem".
En "Belem" podremos admirar el impresionante "Monasterio de los Jerónimos", el Monumento a los Navegantes y como no lo que en otra época fue fortaleza y cárcel y ahora es el símbolo de la ciudad "Torre de Belem".
No podemos abandonar esa zona de la ciudad sin comer los deliciosos "Pasteles de Belem".
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